viernes, 9 de noviembre de 2012

CHICO CARLO Juana de Ibarbouru (frag.)

¡Chico Carlo! fue mi compañero de toda la infancia, mi doble con pantalones. no sé por donde, ni adonde se lo llevó la vida. recuerdo su fina cara morena, swu negro y enmarañado cabello, sus ojos crue4les. Era un chico despiadado contodos, pero  de una gran ternura para mí. Yo lo adoraba. nacimos los dos el mismo mes de enero, nos criamos frente a frente.
Su madre, amiga de la mía , solía decir:
 -  los casaremos cuando sean grandes.
pero mamá comentaba a solas con nosotros:
 - perdóneme Dios y mi pobre maría, pero no es con ese nimalito de monte que se casará mi Susana. ¿Qué pena, un muchacho tan lindo, y con ese carácter tan difícil!
A mi esto no me quitaba el sueño. Él era conmigo como un ángel guardián, que me protegía y a veces me4 castigaba, pero del que yo sentía, aprovechándome, su ternura. se deleitaba - más por parecerse a un hombre que por maldad -  en dañar y destruir.
Era rebelde, despectivo y huraño. me guardaba todas sus golosinas y yo las aceptaba con la sencillez con que los seres débiles aceptan el espontáneo sacrificio de los fuertes.