A la casa de las palabras, soño Helena Villagra, acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas ganas de ser elegidas;
ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran, que las lamieran.
los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.
De "El libro de los abrazos"
miércoles, 20 de enero de 2010
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